El Río Okavango, con un recorrido de 1.430 km, nace en el centro de Angola y continúa su curso hacia el sur, para desviarse en dirección sudeste por la región namibia del Caprivi, convirtiéndose en frontera natural entre ambos países.
El río entra en Botswana por el este de Shakawe, y es uno de los destinos más buscados del mundo por su naturaleza salvaje. El Okavango es denominado “el río que nunca encuentra el mar”, ya que desaparece en un laberinto de lagunas, islas y canales de aproximadamente 16.000 km² en el noroeste de Botswana. Es el delta interior más grande del planeta, y en él viven una gran cantidad de especies de vida salvaje africana. Destaca la presencia de numerosas aves, cebras, elefantes, búfalos, jirafas, ñus, hipopótamos y kudus, entre otros antílopes.
Un viaje al Delta del Okavango, en el interior profundo de África, es una experiencia que no tiene comparación. Llegar a sus islas, prácticamente sólo accesibles en avioneta, en las que lujosos lodges esperan a privilegiados huéspedes donde vivirás unos días la fascinante experiencia de safari de atravesar canales de agua serpenteantes, pasar de terrenos húmedos a secos, contemplar sus islas bordeadas de palmeras rebosantes de una exuberante vegetación y vida salvaje, te descubrirá las diversas facetas de este ecosistema, único en el mundo.
Se le conoce comúnmente como la “joya del Kalahari” por su situación en la Cuenca profunda del Kalahari. Este Delta, que se alimenta del Río Okavango, y que contiene aproximadamente el 95% de todo el agua del país, se fue creando durante milenios de forma gradual, con millones de toneladas de arena arrastradas por el Río Okavango, el tercero en tamaño del África del Sur. De ahí su forma de abanico.