El inicio de nuestro primer viaje a Botswana
Lo imaginas, lo organizas, lo vives. Esas son las fases por las que pasa un viaje. Y siempre, entre cada una de ellas, hay diferencias. No siempre lo que consigues organizar es lo que habías imaginado; y no siempre lo que has organizado es lo que vives. Pero lo vives!!! Y con el paso del tiempo, la experiencia y los recuerdos siempre estarán contigo.
Imaginarlo fue muy fácil: si los safaris de los años anteriores en Addo National Park, en Kruger, en Etosha… habían sido fascinantes. Botswana, después de tantos documentales vistos, tenía que ser la bomba. Porque además, a diferencia de las rutas seguidas en Sudáfrica y Namibia con visitas a muchos lugares y algunos días de safari en esos parques, la ruta imaginada y organizada en Botswana, era prácticamente un safari continuo, casi 17 días de puro safari.
El punto de inicio de nuestro viaje era Johannesburgo. Tras aterrizar en el aeropuerto recogíamos los vehículos alquilados totalmente equipados para acampada. Y desde alli conduciríamos a Gaborone, donde pasaríamos nuestra primera noche, ya en Botswana.
Y este primer día de nuestro viaje ya estuvo repleto de «cosas no previstas». Como las aproximadamente 2 horas para recoger los coches y aprender todo sobre ellos: equipamiento, como montar y desmontar las tiendas, como funciona el frigorífico, que herramientas llevas, como usar el 4×4…
Ya anticipo aquí, que ninguno de los 2 conductores teníamos experiencia alguna en conducción 4×4.
O el «no previsto» de que nadie nos hubiera avisado del pago de una tasa para que los coches con matrícula sudafricana pudieran entrar a Botswana al llegar a la frontera. Y encontrarnos con uno de esos momentos de ¿y ahora qué?. Porque aún no habíamos podido comprar «pulas», la moneda local de Botswana. Y por supuesto el datáfono para pagar esa tasa con tarjeta, no funcionaba. Lo creáis o no el fútbol nos salvó: 2011 y España acababa de ganar en 2010 la Copa del Mundo en Sudáfrica: esto nos abrió muchas puertas, y esta fue una de ellas. Después de 10-15 mn hablando y poniendo cara de pena y desesperación, al mencionar que éramos expañoles, la funcionaria puso el sello en el papelito sin necesidad de que pagáramos, Y así pudimos seguir hacia nuestro hotel en Gaborone. Así empezó nuestra ruta hacia el Kalahari!