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Tiger Canyon – Tigres de Bengala en Sudáfrica

Por supuesto ya no recuerdo cuando. Hace mucho, seguro. Pero en uno de esos momentos que sintonizas un canal un poco a lo loco, tocó el famoso Nat Geo. Imágenes de tigres de bengala y la palabra Sudáfrica se coló en medio del documental. Qué? Tigres de Bengala y Sudáfrica juntos?

Podéis imaginar que mi atención se disparó, y entonces me senté a ver ese documental prestando toda mi atención, porque era el canal de Nat Geo: estaba segura que no estaban diciendo locuras.

Y así descubrí la existencia del proyecto de John Varty, a través del documental Tiger Man of Africa, en medio del Karoo Sudafricano. Este hombre con el que compartí unas horas en mi visita a Tiger Canyon, ya que fue mi guía en las 2 salidas de safari que realicé en este día, si tengo que calificarlo de alguna forma, creo que el adjetivo más suave que puedo utilizar para definir la impresión que tuve, es el de excéntrico.

Para mí fue muy apasionante tenerlo a él de guía directamente. Lo cierto es que no esperaba algo así. Pero a la vez, en las horas que compartí con él, no dejé de tener la sensación de que él estaba en su mundo. Con su cámara al frente, perfectamente posicionada en el vehículo, de alguna forma John Varty siguió, durante las horas de safari que compartimos, absolutamente absorto e inmerso en la naturaleza que ama, casi olvidándose de nosotros.

Es obvio que un proyecto de este tipo necesita de muchos recursos económicos para poder mantenerse en el tiempo. Y el turismo y los visitantes a Tiger Canyon son parte de esos recursos. Cada vez que John Varty hablaba con nosotros, normalmente en respuesta a preguntas, y nos contaba algo referente a cada uno de los tigres, se desataba la pasión entre sus palabras, siempre refiriéndose a cada uno de forma absolutamente individual, con un exhaustivo conocimiento de la historia de cada uno de ellos.

Pero cuando el relato sobre la información que nos transmitía terminaba, volvía a su mundo, debo decir que creo que prácticamente olvidándose de los viajeros que iban atrás en un vehículo diseñado casi como un búnker para estar protegidos de los tigres, que a diferencia de otros felinos, saltan con rapidez sobre el vehículo

Antes de ir, yo me había empapado sobre John Varty y su proyecto, famoso realizador de documentales de vida salvaje, y no me molestó ese punto de excentricidad y de casi clara barrera que puso durante las horas que estuvimos juntos, donde yo leía un cartel imaginario colgado diciendo “no somos amigos”.

Y tras la experiencia de estas horas de safari, finalmente decidí quedarme sólo con la idea que llegaba conmigo antes de llegar, la idea e imagen de John Varty como persona a la que admirar por haber convertido su pasión, la naturaleza, en su forma de vida, captando impresionantes imágenes, mientras ha vivido entre vida salvaje en entornos naturales, y que que ha difundido y compartido con el mundo entero a través de sus documentales.

El proyecto de Tiger Canyon comenzó en el año 2000 con 2 tigres que vivían en cautividad en Canadá y que fueron trasladados al Karoo, en Sudáfrica, a esta reserva preparada para tal objetivo. Por supuesto la puesta en marcha de este proyecto necesitó de dinero, mucho dinero, que llegó de la mano de donantes, la mayor cantidad inicial aportada por Stuart Bray, ex banquero y su esposa Li Quan

El objetivo de este proyecto es proteger al Tigre de Bengala de ese terrible destino hacia el que tristemente, y parece que de forma inexorable, avanza la especie: su completa extinción.

Con un descenso de población en sus hábitats naturales en Asia, que ha quedado reducida a una cifra total de en torno a 4.000 individuos, el hecho de que esta especie se haya adaptado a vivir en un hábitat tan radicalmente opuesto al suyo natural, como es el área semi-desértico del Karoo en Sudáfrica frente a las selvas tropicales asiáticas, para mi es algo absolutamente fascinante.

Por supuesto, las opiniones son variadas. Desde acusaciones de manipulación en la filmación de algunos de los documentales filmados por John Varty sobre estos tigres, hasta comentarios conservacionistas que aseguran que esos tigres no son genéticamente puros.

La verdad es que ni yo misma soy capaz de tener una opinión clara al respecto. Pero lo cierto es que Tiger Canyon existe, y que en 20 años la población en la reserva ha aumentado: de los 2 tigres iniciales a unos 40 que hay en la actualidad.

En la reserva hay otro tipo de animales que viven en libertad, sobre todo antílopes propios del área del Karoo, como springbok, oryx… Y estos tigres han aprendido a cazar individuos de especies que no son sus presas habituales en las junglas asiáticas.

Y también han sido capaces de reproducirse, con nacimientos de crías en la reserva. Aunque de todos los individuos que componen la población actual, no todos han nacido allí, porque para evitar degradación consanguínea por apareamiento entre hermanos, John Varty fue incorporando nuevos individuos del exterior. Y de hecho, al tratar de interponerse entre 2 machos para evitar que uno de ellos, hermano de una hembra en celo se apareara con esta, sufrió un ataque que le tuvo un mes en el hospital y estuvo a punto de costarle la vida.

Es obvio que cada uno de vosotros tendréis vuestra propia opinión, sobre si es realmente es positivo un proyecto como este, que saca una especie de su entorno para protegerla. Y que pueden surgir muchas dudas y preguntas sobre el futuro de Tiger Canyon.

Pero para aquellos que no lo conocíais, he querido compartir con vosotros esta experiencia que viví hace unos años, y que a mí me impresionó bastante.

Cómo visitar Tiger Canyon

Lo cierto es que el área donde se encuentra Tiger Canyon puede formar parte de una ruta «menos trillada» de Sudáfrica. La ciudad de referencia es Philippolis, en la región de Free State. Próxima se encuentra la ciudad de Bloemfontein, la capital de esta región, y que cuenta con aeropuerto comunicado con vuelos desde Johannesburgo y Durban.

Pero también se puede llegar en coche, ya que está a una distancia de unos 600 km de Johannesburgo, unas 6 horas de conducción, y puede ser un excelente punto de inicio para un recorrido por las regiones de Noroeste y la región del  Cabo Oriental.

Es posible alojarse en la reserva de Tiger Canyon, ya que cuentan con un lodge, donde todos los servicios se incluyen, desde todas las comidas, hasta las salidas de safari.

Pero para bolsillos más modestos es posible alojarse en alguno de los hoteles de la cercana Philippolis y desde allí ir a la reserva para realizar safaris guiados en busca del tigre, y de otras especies protegidas, como el guepardo.

Philippolis es una pequeña pero bonita ciudad. Muy boer, eso sí, como en general todas las poblaciones en Free State, lo que se respira en el ambiente. Pero sin duda alguna un lugar agradable para también poder entender esa parte de la cultura sudafricana, que no deja de ser parte importante del país, nuevamente con todas las connotaciones y opiniones que esto pueda generar.

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