1 dia en Konkamoya – En el centro de Kafue

Pues por fín en el día de hoy, que sería 1 dia en Konkamoya Lodge, tendríamos «un día normal de safari«, relajado y sin mover maletas. Estando a escasos metros del lago de Itezhi-Tezhi, donde a falta de otros puntos de agua los animales bajan a beber, sabíamos que no necesitabámos madrugar demasiado para que nuestro safari fuera intenso en avistamientos.

Por lo que acordamos levantarnos a las 6 de la mañana, desayunar tranquilos, para a continuación iniciar nuestro safari. Y la foto que encabeza este post fue la imagen que me dió los buenos días cuando salí de mi tienda, con mi café en la mano, a respirar el amanecer africano antes de reunirme al resto del grupo.

La ruta de exploración de la mañana, bordeando el lago Itezhi-Tezhi, no trajo ningún depredador a posar delante de nuestras cámaras. Pero sí excelentes escenas en un entorno en el que estábamos totalmente sólos en cientos de kilómetros a la redonda, solos nosotros y la naturaleza. Y bueno, escenas de caza tuvimos: ya véis ahí ese abejaruco, con su desayuno en la boca. Y escenas divertidas, como esos Pukus sorprendidos por el vuelo de esa oca.

Para mí ver tantos pukus juntos, y además las manadas con tantas crías, algo propio entre los antílopes cuando comienzan las lluvias, fue un auténtico deleite. En Bostwana este antílope acuático es difícil de ver, ya que sólo habita en las riberas del Chobe, donde habitualmente elige estar en las islas en el río, donde se siente a salvo de los depredadores.

Durante mis safaris en Botswana lo he visto en pocas ocasiones, siempre comiendo o relajado en alguna de las islas del río. Si lo ves mientras realizas un crucero por el río Chobe, es probable que el barco pueda acercarse lo suficiente para verlo cerca, aunque no fácil, porque realmente es un animal tímido y se aleja enseguda. Y si lo ves desde el coche de safari, simpre lo ve bastante alejado. Y si consigues un foto, casi seguro no será muy buena debido a la distancia desde el coche a las islas.

Otro hecho que me encantó mucho en estas horas de safari fue encontrar especies que simplemente no existen en Botswana, como esa especie diferente de waterbuck, mucho más oscuro, y que no tiene la famosa «diana» blanca en las nalgas traseras que muestra la especie que habita en Botswana. O esos ñus Lichtenstein, que tampoco existen en Botswana.

La imagen, color y silueta del ñu azul, el más extendido en Botswana, pone inmediatamente en la mente de muchos viajeros, que el ñu pertenece a la familia de los bovinos, es decir, lo asocian mentalmente más cercano a los búfalos. Pero esto no es así: los ñus son de la familia de los antílopes. Y viendo esta variedad Lichtenstein, esto queda mucho más claro.

Y a los chicos, Hugo y Erick, les impactó ese gran varano, que ellos conviertieron en su imaginación en un «lagarto gigante«. A todos nos encantó ver juntas a esas 2 tortugas leopardo, que aquí, en Botswana dicen: «cuando encuentras a las tortugas leopardo, significa que las lluvias llegan«. Eran realmente enormes!!!! Y además yo, de las veces que las he visto en los Parques de Botswana, siempre ha sido una sola. Era la primera vez que veía una pareja de macho y hembra.

Fue una oportunidad excelente para entender la diferencia entre macho y hembra: nuestro guía las molestó un momento para enseñarnos la forma inferior de su caparazón, diferente para cada género, con una digamos pequeña concavidad en la del macho, que le permite acoplarse más fácilmente en el momento del apareamiento.

Pero la mañana todavía tenía algo más que ofrecernos. Al regresar al lodge sobre las 11, el safari seguía all mismo: un ejército de mangostas vino a recibirnos a la zona del comedor y nos hicieron pasar un rato divertido.

En algún momento hace un par de años, esta gran y divertida familia de mangostas ralladas, descubrió que por los alrededores de la cocina no era difícil encontrar algunos restos comestibles y deliciosos. Este comportamiento, observado por la cocinera, en ese afán protector que tenemos las mujeres, la hizo empezar a dejar restos de pan para ellas. Ya sabemos que en términos conservacionistas, esta forma de actuar de la cocinera, es un poco cuestionable. Pero una vez que aquello comenzó a convertirse en una rutina, esta gran familia de mangostas se conviertieron en parte del equipo de Konkamoya.

Y no puedo negar que el momento fue increíblemente divertido, aunque repito, en términos conservacionistas sea un poco cuestionable.

Hablar  de Konkamoya implica hablar de Andrea Porro, su dueño. Como generalidad, propiedad y/o gestión de los lodges en el cono sur de Africa están en manos o sajones o locales pero de herencia sajona, es decir, o Británicos, o locales que ya han nacido aquí, pero descendientes de británicos. Y bueno, el «toque latino» en Africa no es fácil de encontrar. Pero lo cierto es que cuando lo encuentras, resulta muy agradable. Y sin duda alguna, Andrea ha impregnado Konkamoya y la experiencia aquí, de ese «toque latino«.

Y este rato de relax de las horas centrales del día en el lodge, entre el safari de la mañana y el safari de la tarde, transcurrió con un delicioso almuerzo a base de pasta casera, charlas con Andrea, y para algunos también, algún que otro rato de siesta en las lujosas y confortables tiendas. Además de por supuesto seguir disfrutando del «safari en casa«.

Pero todavía nos quedaba nuestro safari de la tarde, al que nuevamente Andrea se unió: como amante de la naturaleza y de la fotografía, pues tiene la gran suerte de poder compartir muchas horas de safari con los huéspedes de Konkamoya. De acuerdo con nuestro guía, decidimos explorar un área más hacia el interior, alejándonos un poco del Lago Itezhi-Tezhi que habíamos explorado la tarde anterior y esa misma mañana.

Nunca una experiencia de safari es igual a la anterior. He hecho muchas horas de safari en mi vida, y siempre he vivido y sido testigo de algo que nunca había visto antes: un animal o ave que antes no había visto, un comportamiento en alguna especie que nunca había visto, un momento en comportamientos que aún siendo habituales, nunca había tenido la oportunidad de ser testigo directo. En definitiva, cada vez que sales en ruta de exploración, la naturaleza siempre tiene algo nuevo que ofrecerte.

Y hoy no iba a ser una excepción. Por primera vez en mi vida vi un grupo de Crested Guineafowl, o Pintada Moñuda. La verdad es la que la traducción de los nombres de las aves en español, nunca deja de sorprenderme!!!! De verdad que me dió la imagen de estar viendo a una Gallina de Guinea vestida con traje de noche para ir a la ópera!!!!

Nuestro safari nocturno de regreso nos trajo dos momentos divertidos. Uno cuando, no me preguntéis como lo vió, el guía paró el coche para señalarnos un puerco espín, al que desafortunadamente no pudimos fotografiar. Y otro cuando pudimos captar al menos en un pequeño vídeo a esta Springhare.

Como veis realmente parece un canguro diminuto, y tuvimos la suerte que estuvo tranquila un rato para poder captarla aunque fuera con el vídeo de uno de los teléfonos. La calidad de los vídeos no es buena, pero no quería dejar de compartir aquí estos 2 momentos.

Y como cada día, cerramos la narración de este día con la visión de Hugo y su resumen de como vivimos nuestro safari en Kafue.

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